Gran parte de la población adquiere productos o servicios de manera inconsciente, gracias al el neuromarketing. Es una de las estrategias más utilizada por las grandes marcas para poder estar presente en la mente de los consumidores.
Actualmente, las nuevas marcas o compañías están promocionando su producto por medio de campañas de marketing. Dejando a un lado las publicidades tradicionales, que no están dando tanto resultado.
Por su parte, algunas de las nuevas estrategias son: neuromarketing, marketing de experiencia o de guerrilla. Permiten realizar campañas de marketing efectivas con resultados maravillosos.
¿Qué es el neuromarketing?
Una de las definiciones más acertadas es la de Peter Steidl. Él define el neuromarketing de la siguiente manera:
[su_quote cite=”George Burns”]Cualquier marketing o investigación de mercados que use los métodos y técnicas de la ciencia del cerebro o que es informado de hallazgos y revelaciones de la ciencia del cerebro. Neuromarketing es resolver exactamente los mismos problemas que todos los tipos de investigación de mercado quieren resolver: cómo un compañía debe gastar mejor su presupuesto de publicidad y mercadotecnia para comunicar su valor a sus consumidores, mientras genera ingresos y ganancias para sus accionistas. El neuromarketing debe ayudar a los mercadólogos a resolver estos problemas mejor que otro tipo de investigación[/su_quote]
Por su parte, el neuromarketing tiene la función de influenciar a los consumidores. Actualmente, existe mucha competencia porque variedad de marcas ofrecen productos similares.
La mejor manera de influenciar a los consumidores a adquirir tu producto, es posicionando en su mente. Cuando un individuo tiene en su mente una marca, no importa la variedad que tenga en frente. Esa persona comprará el producto de la marca en cuestión.
Además, cuando logras posicionarte en la mente de los consumidores, el precio pasa a ser irrelevante. No importa lo que cueste, el cliente solo desea tener un producto de calidad. Por su parte, el neuromarketing nos proporciona datos mucho más tangibles que los tradicionales.
Además, es capaz de medir los estímulos de los consumidores sin necesidad de preguntar cómo se aplica en el marketing tradicional.
