El benchmarking se ha convertido en una herramienta muy valiosa para las grandes marcas. Gracias a que proporciona una manera práctica de conocer las fortalezas y debilidades de la marca en cuestión.
Aunque es una herramienta de la administración, ha sido adaptada al marketing por su efectividad. Desarrollar esta herramienta en una empresa, permite plantear y replantear los objetivos generales y específicos.
Por su parte, es importante determinar una serie de ítems para crear un benchmarking efectivo. Por ello, se deben seleccionar una serie de actividades adecuadas que permitan realizar las mediciones correctamente.
Una vez escogida la actividad a realizar, se debe elegir el tipo de benchmarking que se va a utilizar. Esta herramienta se clasifica en tres tipos, cuyas diferencias se evidencian en las ventajas y desventajas que ofrece.
Tipos de Benchmarking
Interno: es utilizado generalmente por empresas internacionales o trasnacionales. Pues, la empresa que lo utiliza, se compara con otras marcas internacionales.
Es de gran relevancia que las empresas internacionales utilicen esta estrategia, pues pueden conocer los procesos laborales. No importa que sea la misma empresa, pues se desarrolla en mercados muy diferentes.
Competitivo: es uno de los métodos más aplicados, por ser uno de los más sencillos. Este basa su atención a los productos y procesos de trabajo de los competidores. Cuando se desarrolla esta estrategia con un competidor, se loga conocer mucho más sobre esa marca competidora.
Funcional o genérico: es muy similar al interno, la única diferencia es que los competidores pueden ser o no directos. Intenta conocer cuáles son las características de una empresa líder del mercado. Se le denomina genérico porque se dirige a funciones semejante para muchas empresas.
También existen otras categorizaciones del benchmarking, que se encarga de clasificar a las empresas en base a sus metas. Algunos son: de procesos, estratégico y de desempeño.
