Lo que un gerente de venta no debe descuidar con su personal

Debemos estar claros que el gerente de ventas juega un papel muy importante dentro de la empresa. Ya que el producto o servicio que ofrece es la principal fuente de ingresos. Si el gerente cuenta con todas las cualidades y cumple sus funciones. Además, de poseer cualidades de un líder, ser honesto, abierto al diálogo, saber tomar decisiones y ejecutarlas, la empresa fija su norte en un destino claro: él éxito. Pero si el caso es que su personal no está debidamente preparado como usted entonces los resultados son opuestos.

Por tal razón, la presente lista pretende que usted como gerente de ventas identifique que hacer con su personal de ventas para encontrar los puntos débiles y lograr transformarlos en fortalezas.

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La falta de una sonrisa en la voz. De acuerdo a los especialistas, cuando la voz cansada ofrece comprar algo, de inmediato se percibe la sensación de que este producto ha pasado muchas veces por alguien que ha intentado sin éxito venderlo. Por el contrario, las personas cuya voz irradia alegría y buena voluntad, nos complace hacer frente y confiar.

La ignorancia como colchoneta. Su personal ¿Ha tratado de explicarle a alguien un tema sobre del que no sabe nada? Es difícil presentar muy bien un producto y desarrollar defensas cuando en la cabeza hay poco conocimiento sobre este producto.

A menudo un gran gerente no da tiempo suficiente para el estudio del producto, por la creencia de que el personal tendrá la misma habilidad que él y será suficiente

Exceso de confianza. ¿Cree usted que el cliente puede ver “a través” de usted? Muchos gerentes, sobre todo con experiencia a menudo comienzan a pensar de esta manera. Y por ende se lo transmiten al personal. Esto es un error, porque tal confianza en sí mismo provoca excesivo descuido, negligencia. Este entrenador es poco probable que funcione “en su totalidad”, sabiendo que con sólo el 30% del esfuerzo ya sería suficiente. Por lo general, esa confianza se ve en las “estrellas” no en los gerentes.

El discurso demasiado rápido. ¿Puede usted imaginar la voz de pánico, que rápidamente comienza a convertirse en un dolor de cabeza? Así es como suena su voz cuando hablas demasiado rápido, hablando con su personal. Suena como si estuviese en un apuro y tratara lo más rápido posible “disparar” una frase de su cosecha.

El discurso demasiado lento. Una conversación muy aburrida, hace que su personal desee deshacerse de usted a la mayor brevedad posible. Esto es similar a la sensación cuando usted se dirige por una estrecha carretera, y la persona frente a usted se ralentiza al nivel de una tortuga. ¿No siente que es molesto?

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