Sonreír más y trabajar menos es la clave del éxito

¿Cuál es esa felicidad y éxito que llena a una persona? Es la interrogante que tiene tiempo golpeando la cabeza de Shawn Achor, profesor de Harvard.

Tras varios años de estudio, Achor llegó a concluir que posiblemente dibujará una sonrisa en la cara de varias personas. Todo éxito en el trabajo vive vinculado a toda felicidad (o que cuando somos felices, tenemos más éxito).

Teniendo toda positividad en marcha, el cerebro humano suele ser más productivo. Por el contrario, en el momento que se deja dominar por toda negatividad, todo cambia, bajando un 31% en cuanto a productividad. Así lo ha dicho Achor.

“Es un error trabajar duro para tener éxito”

¿El inconveniente? Es el hecho de que las personas se convencen de que, para conseguir el éxito necesitan trabajar mucho más. En caso de tener éxito, serán inmediatamente más felices. Éste, sin embargo, es una manera errónea de verlo, sentencia Achor.

“Se trata de un estado positivo en el cerebro y trabaja arduamente, mejor que todo estado neutral o de puntos negativos”, recalca. “Toda inteligencia es mayor, la creatividad se agudiza y crecen los niveles de energía”, dice Achor.

“En el momento que se encuentra en un estado positivo, el cebero es un 315 más productivo. Cada vendedor incrementa el rendimiento en un 37%. Los médicos trabajan un 19% más rápido y preciso cuando el cerebro está lleno de positividad”, subraya.

Ese pensamiento está completamente desacertado, el hecho de que el trabajo duro genera irremediablemente más éxito. Lamentándolo mucho, es un pensamiento que está en cada rincón del planeta y varias personas lo van inculcando desde la infancia, dice el Profesor.

Es esa falsa creencia que se ha interpuesto en el camino de muchos hacía el éxito y, asimismo, logra entorpecer la felicidad misma. Señala Achor.

Desde el punto de vista de Achor, para conseguir el éxito y ser más feliz, debiesen desligar toda suerte (o el infortunio) de cada objetivo que desean alcanzar en un tiempo determinado. Hay que intentar en vez de ello, poder disfrutar del aquí y del ahora.